Efectivos del G-2 del Ejército arrestaron ayer en Mao a un dominicano que viajaba con 18 indocumentados haitianos apiñados en una yipeta Honda CRV. Expedito Rodríguez, el hombre con suéter a rayas y cachucha roja de la izquierda, ya había sido arrestado hace poco al ser sorprendido traficando haitianos, y el jefe del Ejército, general Expedito V. Pérez Féliz, no se explica por qué estaba en libertad.

 
 
5 Diciembre 2008, 12:42 PM
Apresan por sexta ocasión traficante ilegales haitianos
por: DIOGENES TEJADA /El Nacional dic 5,2009
Miembros de Inteligencia G-2 y de la Cuarta Brigada del Ejército en Mao, apresaron por sexta vez, a un dominicano que transportada a un grupo de 18 haitianos ilegales, doce hombres, cuatro mujeres y dos menores.

El apresado fue identificado como Expedito Rodríguez, (Bobole), quien trajo el grupo de haitianos indocumentados en la yipeta Honda CRV, color rojo, placa G-057289, en poder de las autoridades.

Según informes suministrados por la Dirección de Inteligencia G-2 del Ejército, es la sexta vez en los últimos meses, que  Bobole es detenido transportando haitianos ilegales.

Fue sometido nuevamente a la Justicia por tráfico de ilegales, mientras que los 18 haitianos fueron entregados a las autoridades de Migración para su repatriación.

Se dijo que por cada haitiano Bobole, cobra entre trece y quince mil pesos, y según las autoridades pese a los constantes sometimientos, con esa práctica ha acumulado mucho dinero.

“Lo hemos sometido a la Justicia en seis ocasiones en los últimos meses, pero sale libre una vez pisa los tribunales de Mao”, dijeron oficiales de la Dirección de Inteligencia G-2 del Ejército, con sede en Santo Domingo.

Siguen redadas

Asimismo las autoridades de Migración, G-2 y del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), continúan realizando redadas y detenciones de haitianos que residen ilegalmente en el país repatriándolos a su nación.

Las detenciones se producen tanto en Santo Domingo, Distrito Nacional, así como en los municipios de Santiago, Mao, Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón, Pedernales, Elías Piña, Jimaní y otros lugares del interior del país.

En varias ocasiones, el director de Migración, mayor general José Aníbal Sanz Jiminián, ha dicho que ante de proceder a la repatriación de los haitianos, se notifica a la embajada de ellos en el país, suministrándole nombres y cantidad de indocumentados.

Sanz Jiminián ha instruido asimismo a los funcionarios y militares adscritos a migración, para que ofrezcan un trato humanitario a los haitianos que son repatriados a su país, por residir ilegalmente en territorio nacional.

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16 Enero 2009, 11:34 AM
El bulevar de la vida
 por: Pablo McKinney /16 enero 2009

Un mercado, dos  naciones y un olvido

          El pasado lunes estuve en Dajabón, exactamente en el Mercado Binacional de Dajabón, lo que en lunes o viernes es una perfecta redundancia, ya que esos días el mercado es el pueblo. 

          En la provincia Dajabón, fracasada ya la agricultura, haitianizada la mano de obra, todo en gira en torno al Mercado. Así como en el sur de EE. UU. aseguran que una novia sin tetas es un amigo, así, Dajabón sin Mercado sería un desierto.

En Dajabón, la frontera dominico- haitiana es un concepto jurídico político y no una realidad. Hoy como nunca el Masacre se pasa a pie.

A ambos lados de un camino mojado que alguna vez fue un rio, usted puede ver unas señoras haitianas y sus familias, lavando ropas, conversando.  Impacta, por supuesto, la pobreza del pueblo haitiano, ver en pleno 2009 una inmensa carreta con 19 sacos y medio de arroz impulsada, tirada y conducida por un ser humano, la barbarie.

          La circulación en el paso fronterizo de la Aduanas es un inmenso caos. Precisamente, el caos, la desorganización, es lo que reina allí. Aunque, eso sí, en relativa paz que es lo que explica que el haitiano, a pesar de su pobreza, sea uno de los colectivos que menos delinque y con menor presencia en nuestras cárceles.

          Claro, que la violencia contra la mujer aumenta y que la delincuencia nos arropa. Claro, pero también es importante conocer un lugar de un país, "féretro, hueco o sepultura" llamado República Dominica, donde pacíficamente dos nacionalidades se van fundiendo lenta y pacíficamente en una, sin que el Estado dominicano y sus gobiernos todos hayan sido capaces de aplicar una Ley de migración y su Reglamento, por miedo a que los partidos gobernantes pierdan votos y dejen de ganar una senaduría, una diputación, una sindicatura y hasta una Presidencia de la nación.  (O sea, la política como arte de lo posible, el fin justificando los medios y Nicolás Maquiavelo en tragos en un colmadón de aquel lado.)

          Vendedores y compradores documentados o indocumentados en un intercambio totalmente informal, caótico, ilegal y al mismo tiempo fraterno y felizmente tolerado, se reúnen en un mercado que es el sostén económico del pueblo de Dajabón, en Dominicana, y del pueblo de Juana Méndez, en Haití.

          Como ven, lo que vi en Dajabon fue un Mercado Binacional que está haciendo realidad el sueño de los que aquí y allá consideran que la frontera es una ficción, y la isla única e indivisible, y además, de la forma más pacífica y con el visto bueno o la complicidad de todos los implicados, y eso nos incluye a usted y a mí, amigo lector.

Elbulevarconpablo@gmail.com